Capítulo 10.
Se removió parpadeando lentamente para acostumbrarse a la luz de la habitación, las cortinas estaban levemente abiertas que dejaban entrar los primeros rayos de sol. Volvió a cerrar los ojos sintiéndose muy cómodo en esa posición, la cama si era cómoda, bueno, él pensaba que estaba recostado en la cama.
Jungkook había despertado unas horas antes, no se sorprendió al momento de abrir los ojos y ver el pequeño cuerpecito del omega encima de él, tallaba de vez en cuando su mejilla con su puñito entre sueños viéndose adorable, ahí fue cuando se dio cuenta que no va a poder vivir más tiempo lejos de él.
Eran pasadas de las nueve, no sabía a que hora Jimin tenía que ir a trabajar, pero no quería levantarlo todavía, así que se permitió dormir un rato más acurrucados.
Jimin brincó en su lugar cuando el sonido de un móvil lo despertó, se sonrojó furiosamente al ver en donde había dormido, Jungkook gruñó leve tomando el molesto aparato de la mesita de noche, entrecerró los ojos y contestó de mala gana.
—¿Por qué hablas a estas horas Taehyung? No, no sé que hora es y no me importa, ajá —abrió los ojos cuando comentó algo en particular—. ¿Es verdad lo que me dices? Salgo para allá en media hora.
Colgó dejando el móvil de nuevo en su lugar, Jimin ya se había incorporado y se encontraba sentado en la cama mirando fijamente al alfa, Jungkook se inclinó y dejó un pico en sus labios.
—Buenos días, lindo —habló tratando de sonar lo más relajado posible.
—Hola, ¿pasó algo?
—Cosas de la empresa, ¿a qué hora trabajarás?
—Entro hasta las doce —jugó con sus dedos.
—Te llevaré, me daré un baño, puedes darte uno en la habitación de al lado, ¿si? —dejó varios besitos antes de pararse y perderse en la puerta.
—¡No tengo nada que ponerme, creo que me bañaré en mi departamento! —gritó para que Jungkook lo escuchara hasta el baño.
No recibió respuesta así que se echó para atrás en la cama, el móvil del alfa sonaba con notificaciones de mensajes, volteó hacia su derecha ignorando el molesto pitido. Estaba pensando en todo, seguía asimilando que había pasado la noche en la casa de Jungkook, con él, en su habitación, aunque solo habían dormido juntos, tenía que contarle todo esto a sus amigos cuando los viera.
Su estómago rugió pidiendo algo de comida, bufó porque no quería levantarse, de mala gana se paró y salió de la habitación, seguía con el molesto traje, hasta ahora había notado que Jungkook no le quitó nada de ropa, sin duda era el correcto.
Al bajar a la planta de abajo vio a varias personas caminar de un lado hacia otro, traían puesto un uniforme azul claro con blanco, supuso que eran las que hacían el aseo en aquella casa, era obvio que Jungkook no limpiaría todo este espacio enorme.
—Buenos días —saludó sonriéndole a una beta que dejaba un plato en la mesa.
Le sonrió de la misma manera siendo amable —Buenos días, ¿gusta algo para desayunar? —preguntó acomodando los cubiertos al lado del plato.
—Mhm, si por favor.
Asintió dejándolo solo enfrente de la mesa, esos waffles con crema se veían tan apetecibles, podía ver como el chocolate caía despacio, mordió su labio.
—Puedes comértelo si quieres —el mayor había llegado en esos instantes causándole gracia la cara de Jimin.
Brincó en su lugar, la voz gruesa de Jungkook lo había asustado, posó su mirada sin descaro en el alfa que traía un nuevo traje como cada inicio de semana.
—¿Te gusta lo que ves? —arqueó una ceja con una sonrisa juguetona.
—Como no tienes una idea —ladeó un poco su cadera.
Jungkook llegó de una zancada hacia él, acunó sus mejillas entre sus manos, acarició sus narices y estampó sus labios en los del omega, desde que despertó quería darle un beso bien y por fin lo obtuvo.
Sus labios se movían en sincronía, aunque a Jimin lo había tomando por sorpresa con demasiado gusto lo aceptó, enredó sus delgados brazos en su cuello y trató de pegarse más hacia este parándose de puntitas para buscar más contacto. Quería que Jungkook lo tocara, que pusiera sus manos en sus caderas y las manejara a su antojo, quería que estuviera metido en cada espacio de su piel, lo quería.
Jadeó cuando sintió la mano del alfa bajar lento cada vez más hacia abajo de su cadera, pero como todo lo que empieza tiene que terminar, su burbuja fue rota cuando la beta apareció con el plato del omega en manos, con cierta pena por parte de Jimin, se separaron limpiando el resto de saliva que quedó en sus labios, con las mejillas rojas se sentó a un lado del alfa.
—Señor Jeon, la señora Chiyo habló informando que regresa mañana de su viaje, con permiso —hizo una reverencia antes de salir.
El alfa asintió para si mismo masticando su waffle, dejó caer el tenedor luego de procesar la información, Jimin dio un salto en su lugar atragantándose con su comida por el pequeño susto que le había dado.
¡Su nana iba a venir después de que se fue por un mes! Vería a su segunda madre después de tanto tiempo, tenía tanto trabajo que se le había olvidado por completo su importante llegada.
—¿Jungkook estás bien? —el omega se levantó preocupado para llegar a un lado de él.
Dio palmaditas en su espalda cuando tosió un poco, estaba horrorizado pensando lo peor, ¿era mala la llegada de esa persona?, ¿quién era?, ¿era normal sentir celos?
—Gracias, omega —le sonrió luego de un rato.
Luego de colocarse los molestos zapatos de nuevo, salieron de prisa de la casa del alfa, esta vez ellos solos en el auto pero con seguridad siguiéndolos. Jimin no preguntó nada. Si el alfa no le había dicho era por algo, tal vez no era nadie importante, ¿o si?
Eran las once y no sabía si llegaría a tiempo al trabajo, casi escuchaba los regaños de su estúpido jefe. Mientras tanto Jungkook trataba de pensar correctamente todo lo que Taehyung le había dicho, ahora por fin pudo saber porque no lo vio en toda la noche, estaba nervioso pero no se lo haría notar al omega, pensó que esto ya había acabado hace meses.
"Había llegado temprano a su oficina sintiendo de repente un calor intenso, pensó que sería por el cambio de clima, no le tomó importancia.
Asistió a juntas, habló con inversionistas, firmó papeles, un día completamente normal. Estaba recogiendo sus cosas para dejarlos en su portafolio y poder irse a descansar.
Gimió cerrando sus puños con fuerza cuando una ola de calor recorrió su cuerpo hasta dar a su entrepierna, se había olvidado por completo que hoy iniciaba su celo, gracias al cielo el edificio ya estaba vacío, o eso creía él.
Olisqueó en el aire percatándose de un olor familiar, pero tan desagradable, cerró rápido todo para poder salir pero le fue imposible, la omega apareció en su campo de visión, trató de esquivarla, solo quería llegar a casa y encargarse de su problema solo.
De un momento para otro la omega se encontraba encima de él, Jungkook estaba tan cegado en esos momentos que él mismo abrió las puertas al infierno."
Después de una corta sesión de besos, Jimin se despidió agitando su manita para entrar corriendo a su departamento.
Jungkook llegó en menos de cinco minutos a la oficina de Taehyung, este se encontraba gritando por teléfono. Jungkook se sentó en la silla en frente de su escritorio, ¿cómo fue posible que Hyesun escapó del hospital psiquiátrico?
—Jungkook —se acercó a él después de cortar la llamada—. No quieres oír todo lo que hizo esa loca para escapar de ahí, ¡te dije que debías mandarla a otro lado!
—¡Yo como mierda iba a saber que se iba a escapar! —gritó de la misma manera que Taehyung, respiró tranquilizándose un poco—. ¿Cuándo pasó?
—Ayer, no sabemos si te tiene localizado todavía, pero se va a vengar, siempre estuvo loca por ti y cuando la rechazaste empeoró —se recargó en el respaldo de su silla pensando en algo que pudiera ayudarles para volver a dar con ella.
—¿La policía la está buscando? —preguntó después de un rato de silencio.
—Si, la están buscando en toda la ciudad, ya moví mis contactos, no te preocupes por eso. En lo que si te tienes que preocupar es en esto —abrió el cajón de su derecha y sacó de ahí una... ¿revista?
Jungkook frunció el ceño cuando la dejó caer enfrente de él, la tomó entre sus manos para leerla, mierda.
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